23 de abril de 2025 - 6:50 PM 
Por La Redacción / Foto portada: Ilustrativa


Durante siglos, los combates entre gladiadores y fieras salvajes fueron considerados parte del imaginario popular romano, conocidos solo a través de textos antiguos y arte. Sin embargo, un reciente hallazgo arqueológico en York, Reino Unido, ha cambiado esa visión. Por primera vez, se han encontrado evidencias físicas que confirman la existencia de estos brutales espectáculos fuera del Coliseo de Roma.


El descubrimiento tuvo lugar en Driffield Terrace, un yacimiento cercano a la antigua ciudad romana de Eboracum, donde se hallaron 82 esqueletos masculinos. Entre ellos, uno en particular mostró señales claras de haber muerto por el ataque de un león. El análisis reveló una mordedura no cicatrizada en la pelvis, compatible con la dentadura de un león, lo que sugiere que estos combates también se realizaban en regiones alejadas del corazón del Imperio.


El equipo liderado por Tim Thompson, de la Universidad de Maynooth, concluyó que los restos pertenecían a gladiadores llamados Bestiarii, entrenados para luchar contra animales salvajes. Los esqueletos presentaban signos de una vida violenta: múltiples heridas curadas, gran fortaleza física y procedencias diversas dentro del Imperio, lo que respalda la teoría de combates organizados en Britania como parte del entretenimiento romano.


Los investigadores sostienen que Eboracum albergó espectáculos de gladiadores hasta el siglo IV d.C., impulsados por la presencia de altos funcionarios y generales como el emperador Constantino. “Este hallazgo cambia nuestra percepción de la cultura del entretenimiento romano”, afirma Thompson. Según David Jennings, de Arqueología de York, el hallazgo es “emocionante” y muestra que la brutalidad del circo romano se extendió mucho más allá de Roma.