8 de noviembre de 2022 - 11:20 AM
Por Yulisa Gutierrez 


Desde el 1 de noviembre, un cerco de alambre prohíbe el ingreso al Mirador Juan Diéguez Olaverri, en el municipio de Chiantla en Huehuetenango, pues aducen que el terreno es privado. Asombro causó en turistas encontrar el cierre y no poder ingresar al área donde se encuentra la cabaña que ha logrado soportar el paso del tiempo y fenómenos climáticos, pues el letrero “No hay paso, terreno privado” impide acceder.


La Junta Directiva de Milicianos asegura que la acción la emprendieron María y Marcelina García, quienes afirman son las propietarias del terreno y solo cuentan con un documento manuscrito, pero no está registrado en los libros que ellos poseen como administradores de las 18 aldeas, añaden que ellos tienen el título que reconoce el área como una finca rústica y que no está desmembrada y son ellos los administradores. “Nadie es dueño legítimo del terreno, nosotros estamos facultados para administrar el terreno de las 18 aldeas y este parque está en el perímetro” indicó Timoteo López, presidente de los milicianos.


Como autoridades comunitarias se abocaron al Gobernador Jorge de León y solicitar una mediación y diálogo con las supuestas dueñas pues afirman que no hay turistas que acudan al sector y son parte importante en la economía de la región, esperan que la situación tenga pronta solución y solicitar el apoyo de diversas entidades para hacer trabajos que permitan mejorar el parque y atraer más al turismo nacional y extranjero.




Hay quienes llegan pero solo pueden ingresar al Café del Cielo y el área dónde está la plazoleta con el poema que escribió Juan Diéguez Olaverri cuyo nombre lleva el Mirador, pero no pueden disfrutar del resto del sector.

 

“Pedimos disculpas a los turistas que llegan y no pueden admirar la vista, no somos nosotros como milicianos los culpables sino quienes aseguran ser las dueñas, aunque no cuentan con la documentación para reclamar el terreno”, indicó Guadalupe Velásquez, vocal de las autoridades comunitarias.


Dayana Palacios es una vecina de la cabecera departamental que, aprovechando visitas familiares, viajó para disfrutar del atardecer y el frío del lugar, pero al ver el mensaje lamentó que se restrinja el acceso al sitio que por décadas ha permitido admirar la belleza que caracteriza Los Cuchumatanes. “Nos entristece que el lugar esté cerrado, es un área única que nos hace sentir cerca del cielo y las cabañas han sido parte de nuestra historia” dijo. 


Aún no hay fecha para iniciar la mesa de diálogo, mientras tanto, el sector permanece cerrado esperando pronto recibir a propios y visitantes.