16 de febrero de 2023 - 5:10 PM
Por Anahy Castillo


La reina Isabel ll fue un gran ícono de la moda pero no todos saben que la encargada de que todo estuviera bien en sus looks fuera Angela Kelly.


La diseñadora conoció a Isabel II hace treinta años mientras trabajaba de ama de llaves para el embajador británico en Alemania. Ahora, conservará su casa de Windsor gracias a la reina.


Kelly llevaba 28 años decidiendo la ropa, joyas y condecoraciones de la monarca, bajo el título de “asistenta personal y curadora del vestuario, joyas e insignias de la reina”.


En bautizos reales, Kelly detalla como el "fuerte" té de Yorkshire colaboró para recrear una réplica de la túnica Honiton, el vestido de bautizo que usó la monarquía británica desde 1841, con el bautizo de la hija mayor de la reina Victoria, la princesa Victoria.


Según se ha dado a conocer, esta réplica fue usada por primera vez en 2008 para el bautizo de James, vizconde Severn, hijo del príncipe Eduardo y nieto de Isabel II. Y a su vez, el príncipe Luis, hijo del príncipe William y la duquesa de Cambridge, lució la réplica del vestido de bautizo en 2018.


Kelly menciona que para asegurarse de que se viera auténtico el vestuario, se tuvo que teñir con té de Yorkshire, menciono lo siguiente: "Colocamos cada pieza de encaje en un tazón pequeño, lleno de agua fría y una bolsita de té y lo dejamos durante unos cinco minutos, verificando regularmente hasta que el color quedara perfecto".


En 2002, la reina confiaba tanto en ella que mejoró su posición, creando para ella un cargo hasta entonces inexistente. Isabel II la nombró su Ayudante Personal, Asesora y Comisaria de Joyería, Insignias y Vestuario, encargándose desde entonces Kelly de cuidar todo lo que tenía que ver con el aspecto de la reina en sus apariciones públicas.


La diseñadora ejercía como su estilista y en muchas ocasiones también la vistió con sus propios diseños. Obra suya son por ejemplo el vestido y el abrigo amarillo que Isabel II se puso en la boda de los duques de Cambridge o el conjunto inspirado en las porcelanas Wedgwood que llevó en 2012. 


La prueba definitiva de la confianza y estima que le mercería Angela Kelly a Isabel II llegó en 2019, año en el que la reina le dio su permiso para que publicara un libro sobre sus vivencias en palacio.


La diseñadora se convirtió en la primera empleada de la casa real a la que se le daba ese extraordinario permiso y publicó The other side of the coin, un libro de memorias en el que comparte varias anécdotas sobre su trabajo.


Antes de morir, la reina Isabel II lo dejó todo listo para que la diseñadora Angela Kelly pudiera mantener la residencia de la que disfrutaba como responsable de su vestuario, informa The Daily Mail.