21 de noviembre de 2025 - 11:50 AM
Por Enrique Calvillo
Con tan solo 20 años y ocho de trayectoria en las artes plásticas, el joven quetzalteco Fernando Trocoli ya puede presumir que su trabajo ha sido visto y reconocido a nivel mundial. El estudiante de producción audiovisual y artista plástico, especializado en escultura, fue el encargado de crear el báculo que portó la representante de Guatemala, Raschel Paz, en el certamen de Miss Universo.
“Comencé hace ocho años con esculturas hechas de foamy moldeable. Principalmente hacía figuras de anime o caricaturas. Empecé por necesidad, ya que las vendía para cubrir algunos gastos, pero con el tiempo encontré en esto una pasión. Ahora puedo crear otras obras de arte y darme a conocer a través de clases gratuitas que imparto y exposiciones en galerías”, relató Fernando.

Sobre la cantidad de esculturas que ha realizado, el artista asegura que no lleva un registro exacto. Sin embargo, afirma que han sido numerosas piezas que ha vendido o regalado. Entre todas, destaca una por su especial significado:
“No tengo una cantidad específica porque no las he contado aún, pero sí puedo decir que han sido muchísimas. La obra que más ha marcado mi vida es una escultura de Tecún Umán, por su complejidad y el tiempo que le dediqué”, comentó.

Para ser el autor del báculo, Trocoli tuvo que pasar una prueba de admisión con el equipo encargado de la imagen de Raschel Paz, quienes quedaron impresionados por su talento y creatividad, eligiéndolo para formar parte del diseño del traje regional.

El joven escultor explica el mensaje integrado en la obra:
“El báculo consiste en tres partes:
El pasado: tallado con detalles del periodo Clásico y Posclásico del imperio maya, además de dos mujeres elaborando su indumentaria, como aparece en la página 80 del Códice Maya de Madrid.
El presente: con elementos como el kiosco del Parque Central de Quetzaltenango y grabados del traje ceremonial e indumentaria maya del municipio.
El futuro: representado con el calendario Cholq’ij y sus nahuales tallados en jade, resaltando el nahual 4 Q’anil, símbolo de la semilla, la abundancia y la luz que guía a nuestra representante”.
Con evidente emoción, Fernando expresó lo que sintió al ver su arte en un escenario internacional:

“Fue algo único. Siento que cumplí y logré lo que anhelaba. Me dejó sin palabras ver mi obra en un evento visto por millones. Esto me compromete a seguir dando lo mejor de mí y continuar creciendo como artista plástico”, finalizó.
