18 de octubre de 2025 - 7:00 AM
Por La Redacción
Huehuetenango, Quetzaltenango y Totonicapán están listos para recibir a miles de atletas que, entre montañas, volcanes y tradición, escribirán una nueva página en la historia deportiva de Guatemala con los Juegos Centroamericanos 2025.
El occidente no solo es paisaje; es identidad, fuerza y resistencia. Es el eco de la marimba que se mezcla con el murmullo del mercado, el aroma a leña encendida y la calidez de su gente. Esta región abrirá sus puertas a la justa deportiva más importante del istmo, combinando su herencia cultural con la emoción del deporte.
Huehuetenango: velocidad entre montañas
En la tierra de los Cuchumatanes, el viento sopla distinto. En sus curvas y pendientes, el esfuerzo se convierte en orgullo. Huehuetenango será sede del patinaje, un deporte que refleja la misma determinación de su gente: avanzar, resistir y no detenerse ante nada.
Las pruebas se realizarán del 24 al 26 de octubre en el Patinódromo Hans López, donde decenas de atletas buscarán ondear la bandera azul y blanco en lo más alto del podio. El sonido de las ruedas sobre el cemento se mezclará con el aplauso de los huehuetecos, herederos de una tierra que guarda historias ancestrales.
Quetzaltenango: donde la historia se vuelve melodía
Quetzaltenango (o simplemente Xela) se levanta entre volcanes como una joya del altiplano. Ciudad de artistas, poetas y soñadores, su historia está escrita entre piedras, acordes y memorias.
Aquí, el atletismo será protagonista del 18 al 21, mientras que el ciclismo de ruta también saltará a la acción el 18 y 19 de octubre. El Complejo Deportivo de Quetzaltenango recibirá a los mejores exponentes del área, quienes competirán en las pruebas de pista y campo, mientras que los ciclistas recorrerán la autopista Los Altos.
Totonicapán: fuerza y tradición en cada levantamiento
En el corazón de las montañas, Totonicapán se alista para recibir la disciplina de halterofilia del 27 al 30 de octubre. Aquí, la fuerza no solo se mide en kilos levantados, sino en la capacidad de su pueblo para mantener vivas sus raíces.
Totonicapán es sinónimo de trabajo y orgullo. Entre telares, bosques de pino y manos que transforman el hilo en arte, sus habitantes tejen cada día su identidad. Durante los Juegos, esa fuerza ancestral se reflejará en los atletas que buscarán levantar más que peso: levantar el nombre de Guatemala ante toda Centroamérica.
El ambiente festivo, los colores de los trajes típicos y el sonido de la marimba acompañarán las jornadas deportivas. Porque en Totonicapán, cada logro es colectivo y cada victoria se celebra con la alegría de un pueblo que no olvida de dónde viene.