29 de julio de 2025 - 3:50 PM 
Reportaje especial de: Enrique Calvillo 


Un 90.73% de los bosques o ecosistemas manglares se encuentran concentrados en las costas del Pacífico guatemalteco, los cuales se encuentran distribuidos en los departamentos de San Marcos, Retalhuleu, Suchitepéquez, Escuintla, Santa Rosa y Jutiapa, y en una menor presencia en el departamento y costa del Atlántico ubicada en Izabal.





La importancia que le han dado a los bosques de mangle entidades como el Instituto Nacional de Bosques -INAB-, Consejo Nacional de Áreas Protegidas -CONAP-, así como entidades municipales, comunitarios y organizaciones no gubernamentales tanto nacionales como extranjeras, han permitido que estos ecosistemas se mantengan pese a la deforestación y contaminación provocada por el hombre. 




Las entidades y organizaciones antes mencionada resaltan la importancia de estos ecosistemas, ya que en ellos se centran 150 especies de aves, peces comerciales y tortugas marinas en peligro de extinción, también actúan como barreras naturales ante el cambio climático, fuentes para el sustento de pescadores y pulmones verdes del litoral del pacífico. 


El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en ingles), lleva a cabo en el área el canal de Chiquimulilla, un proyecto denominado “Conservación de Ecosistemas Costeros para un Futuro Sostenible en la Costa del Pacífico de Guatemala”, y se enfoca en la protección y revitalización de las funciones de estos ecosistemas. 




“Con esta iniciativa estamos abordando la protección de humedales, la conservación costera la cual está liderada principalmente por la comunidad, la restauración del paisaje por medio de la reforestación y la prevención y erradicación de la contaminación provocadas mayormente por plásticos, el objetivo a largo plazo es restaurar cerca de 1500 hectáreas de manglares de aquí al 2030”, señaló Genoveva Martínez, oficial del Cambio Climático de WWF


Voluntarios sembrando propágulos de mangle en costas del pacífico, durante gira organizada por INAB y WWF.  


Además de esto, el proyecto también trabaja en la preservación de la tortuga marina, las cuales se encuentran en tortugarios ubicados en Sipacate y El Paredón, ya que estos bosques de manglares son un espacio para el anidaje y la alimentación de esta especie en peligro de extinción