Para Violeta Félix e hijas, la Semana Santa es una fecha especial que les permite elaborar el tradicional pan criollo con una receta que heredaron hace varias décadas en Huehuetenango.
Fue gracias a su suegra Victorina García que incursionó en la panadería, en aquella época todo se hacía artesanalmente, ejemplo que aún siguen y que les permite dar un toque especial a las tortas, molletes, pellizcado, bizcocho o pastel que se decoran con ajonjolí, anicillo o pasas y a los que les agrega dulce de higo o chilacayote.
Hijas y madre mantienen viva esta tradición que ya inculcan en las nuevas generaciones. El sabor de este pan tiene alta demanda y se hacen envíos incluso en el extranjero. “Este panito lo hemos mandado a Estados Unidos y aquí en el país a varios departamentos, para nosotros tiene un significado especial seguir la receta de mi suegra” dijo.
La mezcla de ingredientes se hace por la noche y se deja reposar varias horas para que crezca la levadura para meter las cazuelas al horno de leña en la madrugada.
Desde inicios de la Cuaresma sus clientes, muchos de ellos heredados por la abuela, hacen los pedidos para degustar del sabor único de este pan que tienen a la venta en su negocio de la zona 4 de la cabecera departamental con precios que van desde los Q12 a Q40.
