24 de julio de 2025 - 5:00 PM 
Yulisa Gutierrez


Tras el asesinato del profesor Pedro Herrera, familiares piden que se investigue y que el hecho no quede impune, además, destacaron la amplia trayectoria no solo como mentor sino además como cronista y jugador de fútbol entre otras áreas en las que tuvo participación.


Consternación, tristeza e indignación embargan a la familia del profesor Pedro Herrera, quien falleció tras ser víctima de un violento ataque perpetrado por una alumna de 11 años en la escuela Cambote, ubicada en la zona 11 de Huehuetenango. Sus seres queridos, en medio de la tragedia, expresaron estar “destrozados” por la pérdida de quien describen como un pilar en su formación personal y profesional.


Beny Herrera, hijo del educador, narró que su padre fue un hombre entregado a la docencia, apasionado por formar académicamente a las nuevas generaciones, inculcándoles valores, disciplina y amor por el deporte. “Amaba enseñar. Siempre soñó con ver a sus alumnos convertirse en buenos profesionales y mejores personas”, afirmó.




Pedro Herrera ejerció la docencia en distintos municipios de Huehuetenango y Quiché, incluyendo San Pedro Necta, Malacatancito y varias aldeas del municipio de Sacapulas. Aunque durante un tiempo se dedicó a otras labores en el norte de Huehuetenango, su vocación por enseñar lo llevó de regreso a las aulas, donde encontró su trágico final.


Según información oficial, el docente fue atacado con dos cuchillos por una alumna dentro del centro educativo. A pesar de los esfuerzos médicos, falleció horas después debido a la gravedad de las heridas.


Además de su legado como educador, el profesor Herrera era ampliamente conocido por su pasión por el deporte. Durante dos décadas condujo el programa radial Enfoque Deportivo, donde analizaba la actualidad del deporte local, también se desempeñó como entrenador de fútbol y practicó activamente este deporte.




Familiares hicieron un llamado a las autoridades para que se investigue a fondo este crimen y no quede impune. “Mi padre no era un delincuente sino formador de juventudes” expresaron.


El educador, quien ya planeaba jubilarse este año, soñaba con dedicar más tiempo a sus hijos y nietos. Su muerte ha provocado una ola de indignación y tristeza en toda la comunidad huehueteca, donde era ampliamente respetado y querido.


La población y diversos sectores sociales se han sumado a la exigencia de justicia, mientras las autoridades investigan las circunstancias del hecho que ha estremecido a toda Guatemala.