25 de noviembre de 2025 - 11:44 AM
SALUD MENTAL | Artículo por psicóloga clínica Carolina Escobar
carolina@escobar.gt
El agotamiento emocional se ha convertido en una experiencia común en la vida moderna. No es solo cansancio físico: es una sensación profunda de desgaste mental que afecta la motivación, la concentración y hasta la salud física. ¿Por qué ocurre? Tres factores clave lo explican: el ritmo acelerado de vida, el impacto de las redes sociales y el estrés laboral.
Un ritmo de vida que no da tregua
Vivimos en una sociedad que premia la productividad y la inmediatez. Jornadas largas, falta de descanso y presión por cumplir múltiples roles generan un estado de alerta constante. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el burnout es un síndrome derivado del estrés crónico, caracterizado por agotamiento, cinismo y disminución del rendimiento. Este estado no solo afecta la mente: también puede provocar insomnio, hipertensión, dolores musculares y problemas digestivos.
Redes sociales: conexión que desgasta
Aunque las redes sociales prometen cercanía, su uso excesivo puede aumentar la ansiedad y la sensación de insuficiencia. Estudios recientes muestran que pasar más de tres horas al día en redes se asocia con estrés, baja autoestima y problemas de sueño. La comparación constante con vidas “perfectas” y el miedo a perderse algo son detonantes silenciosos del agotamiento emocional.
Dato clave: reducir el tiempo en redes por solo dos semanas puede mejorar el estado de ánimo y la calidad del sueño.
El estrés laboral: más allá de la oficina o tu lugar de trabajo
El trabajo es uno de los principales generadores de agotamiento emocional. Sobrecarga de tareas, falta de reconocimiento, ambientes tóxicos y poca flexibilidad son factores que desgastan. La American Psychological Association advierte que el estrés prolongado puede derivar en ansiedad, depresión y enfermedades físicas. No es casual que cada vez más personas reporten sentirse “quemadas” en sus empleos.
¿Cómo priorizarte y recuperar energía emocional?
La buena noticia es que existen estrategias respaldadas por la ciencia para prevenir y aliviar el agotamiento:
1. Ajusta tu entorno laboral
Negocia cargas y busca flexibilidad.
Promueve pausas activas y espacios de bienestar.
Participa en programas de salud mental si tu empresa los ofrece.
2. Cuida tu vida personal
Diario de estrés: identifica qué situaciones te desgastan.
Practica actividad física al menos 20 minutos diarios.
Establece rutinas de sueño y alimentación equilibrada.
3. Regula el uso de redes sociales
Define horarios sin conexión (por ejemplo, antes de dormir).
Sustituye tiempo en redes por actividades que te nutran: lectura, música, caminatas.
Pregúntate: ¿uso redes para conectar o para compararme?
Te dejo algunos consejos destacados para el uso de tus redes sociales
✅ Desintoxicación digital: prueba 2 días sin redes y observa cómo cambia tu ánimo.
✅ Tiempo consciente: limita tu uso a 1 hora diaria antes de dormir.
✅ Comparación saludable: recuerda que las redes muestran momentos, no realidades completas.
✅ Contenido positivo: sigue cuentas que aporten bienestar, no ansiedad.
✅ Notificaciones bajo control: desactiva alertas para reducir la sensación de urgencia.
El agotamiento emocional no es señal de debilidad, sino una respuesta natural ante demandas excesivas. Priorizarte no es egoísmo: es salud. Con pequeños cambios —en el trabajo, en el uso digital y en el autocuidado— puedes recuperar equilibrio y bienestar.
